Cómo hemos afrontado en Vivva la crisis del coronavirus

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La crisis del coronavirus no ha pasado de largo por las empresas. Vivva Centro Especial de Empleo es un claro ejemplo de ello. Juan Lozano, responsable de Vivva, explica en este vídeo grabado para la Fundación Hay Derecho – de la que también es patrono – cómo han transcurrido en Vivva estos 100 días de emergencia sanitaria y cuáles han sido las lecciones que la pandemia nos ha dejado a su paso.

A continuación transcribimos la intervención de Juan Lozano en el vídeo.

 

En Vivva pusimos el foco en nuestros trabajadores con discapacidad

Vivva es un pequeño grupo de empresas que formamos hace años un conjunto de amigos y que actualmente ofrece trabajo a más de 300 personas, De ellas, prácticamente la mitad son trabajadores con algún tipo de discapacidad y que pertenecen a lo que se denomina un Centro Especial de Empleo. Un Centro Especial de Empleo es una empresa, como otra cualquiera, pero con un carácter muy social. Como requisito exigido por ley, un Centro Especial de Empleo debe tener al menos el 70% de su plantilla cubierta por trabajadores con discapacidad y cuyo grado de discapacidad sea siempre superior al 33%-
Vivva tiene dos objetivos principales. Por una parte, ayudar a las personas con algún tipo de discapacidad a encontrar un trabajo digno y remunerado. De esa forma les ayudamos a integrarse en nuestra sociedad. Y por otra parte, ayudar a las empresas que cuenten con más de 50 empleados a cumplir la Ley General de Discapacidad, que exige que por cada 50 empleados en plantilla, al menos uno debe presentar una discapacidad superior al 33%. Como alternativa, las empresas pueden contratar servicios a través de un Centro Especial de Empleo, como por ejemplo, Vivva.

Los servicios que prestamos en Vivva son básicos para la sociedad

Los servicios que prestamos en Vivva son por lo general de baja cualificación, pero son absolutamente básicos para que funcione adecuadamente nuestra sociedad. En Vivva prestamos servicios de limpieza, lavandería industrial hospitalaria, servicios de manipulación, gestión de citas en hospitales, celadores, recepción y call center, entre otros.

Cuando se inició la crisis del coronavirus, en Vivva pusimos el foco principalmente en dos aspectos. Por una parte, lo primero que miramos fue a nuestros trabajadores y a sus familias; y por otra parte, nos pusimos en contacto con nuestros clientes para atenderles de la mejor forma posible, adaptándonos a sus necesidades en un momento tan desconocido como incierto. Después de poner el foco en estos dos aspectos, nos planteamos la posibilidad de realizar un ERTE, porque la mayoría de nuestros clientes nos comunicaron que iban a mantener nuestros servicios en stand by. Sin embargo, después de hablar con una parte importante de los trabajadores que se podrían ver afectados, nos dimos cuenta de que no podíamos realizar un ERTE. ¿La razón? No queríamos empeorar la situación de muchos de los trabajadores que formaban parte de Vivva. Hay que tener en cuenta que, al tratarse de trabajos de baja cualificación, los salarios que reciben la mayoría de los trabajadores de Vivva están sólo un poco por encima del SMI (Salario Mínimo Interprofesional) y en muchos casos se trata de contratos con jornadas reducidas, por lo que el impacto sobre los salarios iba a ser enorme.

Entonces nos dimos cuenta que teníamos que decidir entre seguir pagando a los trabajadores manteniendo sus respectivas jornadas, y que ese coste fuera contra el margen de la empresa, o que las empresas entendieran que nosotros no podíamos asumirlo y que fuera contra el trabajo y el salario de los trabajadores.
Al final, después de exponer la situación a todos nuestros clientes, llegamos a la conclusión de que si a una persona con discapacidad le reducíamos el salario unos 150 ó 200 €, su situación iba a empeorar considerablemente. Además debería enfrentarse a unos trámites burocráticos que no siempre podría afrontar con facilidad. Por eso decidimos que el coste lo íbamos a asumir íntegramente nosotros en Vivva.

La comunicación es esencial en tiempos de crisis

Enseguida trasladamos nuestra decisión a los responsables de cada centro de trabajo para que a su vez se lo comunicaran a todas las personas que dependían de ellos. En muchos casos se lo comunicamos directamente a los trabajadores para que lo entendieran de la mejor forma posible y les transmitimos nuestro compromiso de que en ningún caso les íbamos a reducir su salario, trabajaran o no trabajaran. A cambio les pedimos que adelantaran una parte de sus vacaciones. Además les dijimos que por cada diez días que disfrutaran ahora de vacaciones, nosotros les regalaríamos los diez siguientes. Y así hasta que acabaran sus vacaciones.

Como norma general, la gente nos lo agradeció mucho, y comprendieron que se trataba de un esfuerzo importante para la empresa: Nosotros pensábamos que estábamos realizando una labor social con todos ellos, y en eso nos centramos.

En grandes números, y aunque tenemos a varios clientes del sector hospitalario que han demandado más personal, nuestras ventas han disminuido alrededor de un 20% durante estos tres meses, aunque en margen el impacto ha sido sensiblemente superior. Al trabajar con varios hospitales, hemos seguido atendiendo con todo el personal, e incluso contratando más personal. Además, al estar en medio del foco del coronavirus, hemos llegado a tener semanas con un absentismo superior al 25%, que también iba contra el margen de la compañía.

Las lecciones que nos ha dejado el coronavirus en Vivva

A raíz de lo ocurrido estos últimos meses, para acabar me gustaría contaros cuáles son los aspectos positivos y negativos que hemos aprendido de esta crisis sanitaria. Mi idea es hacerlo con dos ejemplos muy rápidos. El primero relacionado con los trabajadores. El 90% de ellos nos ha llamado a la oficina y nos han transmitido su agradecimiento por intentar buscar la mejor solución y la que menos les afectara. Nos decían que esperaban poder devolverlo en el día a día una vez que terminara la crisis sanitaria. Esta reacción nos pareció maravillosa y nos demuestra que por regla general las personas con poco que se les dé, reaccionan de una forma formidable.

El segundo ejemplo está relacionado con los clientes. No pocos clientes nos comunicaron que querían contribuir a nuestro esfuerzo. La forma que encontraron de contribuir fue que aunque no prestáramos el servicio nos seguirían pagando como si lo estuviéramos prestando. Nos parece un gesto de generosidad increíble que nosotros intentaremos devolver día a día a lo largo del año. Si no, se lo devolverá seguro la sociedad porque la gente con esta generosidad siempre acaba ganando.

En cuanto a la parte menos positiva, cabe resaltar que en el mundo de la discapacidad estamos observando que durante estos últimos tres meses las empresas prescinden en primer lugar de las personas con discapacidad. Piensan que no son necesarias y esto está influyendo mucho en el colectivo de personas con discapacidad, no sólo a nivel económico, sino también en su autoestima.

Nosotros como empresarios creemos que tenemos el deber de proteger a este colectivo y debemos seguir colaborando con ellos contratando a personas con discapacidad y ayudándoles a buscar un trabajo que resulte lo más digno posible.

Así hemos afrontado en Vivva la crisis del coronavirus. Sin duda ha sido una etapa que nos ha aportado numerosas lecciones de las que todos debemos aprender.

 

Juan Lozano
Convencido de que el único modelo posible de colaboración en nuestra sociedad es aquel que busca un equilibrio para que todas las personas cubran sus propias necesidades, en contra del modelo de la competencia y la obsesión por ganar dinero sin importar cómo se gana. En el año 2007 fundó junto con otros amigos y empresarios el Centro Especial de Empleo Vivva.

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