Entre conferencias, reuniones y declaraciones públicas ha transcurrido la COP26, una nueva cumbre mundial sobre el cambio climático. Del 31 de octubre al 12 de noviembre los principales líderes mundiales se han reunido en Glasgow y han debatido sobre los problemas medioambientales que afectan a nuestro planeta. Al término de la cumbre se han llegado a alcanzar algunos acuerdos, pero la mayoría de los expertos consideran que dichos acuerdos resultan insuficientes. Cada vez es más evidente que resulta imprescindible modificar nuestro sistema productivo y desarrollar nuevos modelos, compromisos y actitudes.
La economía circular inclusiva persigue conjugar dos objetivos necesarios y valiosos:
- Reforzar la sostenibilidad en favor del medioambiente.
- Garantizar el empleo a las personas con discapacidad.
Ambos objetivos se sustentan sobre una idea esencial: aprovechar de forma eficiente todos los recursos disponibles, tanto humanos como técnicos y naturales. En el caso de las personas con discapacidad, se trata además de un colectivo que ofrece una combinación de talento, compromiso y dedicación que resulta muy rentable para las empresas.
Un nuevo modelo que mira al futuro
En 2010 la Unión Europea presentó la “Estrategia 2020”, un plan cuyo objetivo era garantizar que, después de la crisis económica y financiera de 2008, la recuperación se construyera sobre unas bases sólidas que garantizaran un crecimiento económico que asegurara la creación de empleo entre todas las capas sociales. Aquella estrategia ya priorizaba la necesidad de utilizar eficientemente los recursos naturales. Ahora, más de una década después la necesidad se ha convertido en emergencia.
En los últimos años la economía circular se ha consolidado como un modelo alternativo que permite reducir los residuos al mínimo, alargando el ciclo de vida de los productos y garantizando unos altos niveles de sostenibilidad. Este nuevo modelo se caracteriza por 4 R: reutilizar, reparar, renovar y reciclar.
La economía circular propone un cambio de modelo tanto productivo como de consumo. Las organizaciones y los individuos debemos asumir, e impulsar, un cambio que nos permita transformar hábitos y comportamientos.
En concreto, la economía circular inclusiva propone aprovechar otro recurso importantísimo: el talento de las personas con discapacidad. Las empresas que cuentan con profesionales con discapacidad, han aprendido con su experiencia que la contratación de personas con discapacidad ofrece numerosas ventajas fiscales, económicas y sociales. Su participación en esta economía de la reutilización y el reaprovechamiento es sumamente útil.
15 beneficios de la economía circular inclusiva
Los efectos de la economía circular inclusiva son evidentes. Entre ellos destacan, por ejemplo, la participación inclusiva, la optimización de los recursos, la priorización de la accesibilidad, la apuesta por la alargaescencia (en contraposición a la obsolescencia) y la reducción del impacto ambiental.
La conjunción de estos efectos y su puesta en marcha no son una utopía. La implementación de la economía circular inclusiva ofrece unos beneficios muy concretos, alcanzables e inmediatos. A continuación te enumeramos los siguientes.
- Incremento del producto interior bruto (PIB)
- Fomento de la innovación tecnológica
- Irrupción de nuevos modelos de negocio
- Descenso neto del gasto en materiales
- Ahorro real en los productos consumidos
- Nuevas oportunidades de empleo
- Incorporación de talento renovado, procedente de personas con discapacidad
- Mayor integración social de las personas con discapacidad
- Mejor imagen social corporativa de las empresas
- Reducción progresiva de las materias primas importadas; es decir, mayor independencia.
- Nuevos modelos de interactuación y fidelización al cliente
- Mayor humanización de las organizaciones y empresas
- Aumento de la competitividad, la productividad, la eficiencia y la sostenibilidad
- Incremento de la rentabilidad en los procesos y los productos
- Creación de valor.
Adicionalmente, la economía circular inclusiva garantiza también grandes logros medioambientales. Por ejemplo, la reducción de las emisiones globales, el descenso de residuos y un impacto ambiental menor, porque disminuyen los procesos de extracción de materiales.
Empleo inclusivo en la economía circular
Cada vez son más las empresas que incorporan a sus plantillas profesionales con discapacidad. Ámbitos como el reciclaje industrial, el reacondicionamiento de dispositivos electrónicos o la clasificación de residuos encuentran en estos profesionales la respuesta laboral que precisan. De este modo, la dimensión de estos proyectos se triplica: son positivos económica, social y ecológicamente.
Este planteamiento favorece la sostenibilidad y permite fomentar el bien común sin renunciar en absoluto a la rentabilidad. Por ello, es un camino muy valioso que todos los empresarios deberían recorrer. Las personas con discapacidad son un activo muy valioso al que las empresas pueden y deben recurrir. Su alto nivel de compromiso y su gran motivación les convierte en profesionales valorados y muy eficientes.
En Vivva somos plenamente conscientes de esta realidad. Por eso asumimos un doble compromiso permanente. Acompañar y guiar a las personas con discapacidad en su búsqueda de empleo y ayudar a las empresas para que cumplan la Ley General de Discapacidad. La economía circular inclusiva ha llegado para quedarse: ¿nos permites ayudarte a implementarla?
Juan Lozano
Convencido de que el único modelo posible de colaboración en nuestra sociedad es aquel que busca un equilibrio para que todas las personas cubran sus propias necesidades, en contra del modelo de la competencia y la obsesión por ganar dinero sin importar cómo se gana. En el año 2007 fundó junto con otros amigos y empresarios el Centro Especial de Empleo Vivva.