La vuelta al trabajo de las personas con discapacidad

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La crisis del COVID-19 entra en una nueva etapa. Ha comenzado la tan ansiada desescalada y esta reactivación se va a traducir en cambios que nos afectarán a todos y que, en el mejor de los casos, nos conducirán a una vuelta progresiva a una nueva normalidad. En concreto, muchas personas con discapacidad volverán a sus puestos de trabajo. ¿Cómo será su regreso? ¿Cómo les afectará emocionalmente la vuelta a la actividad profesional? ¿Y cómo afrontarán las empresas su adaptación?

La vuelta al trabajo: un reto para las personas con discapacidad

Las personas con discapacidad que, tras los primeros efectos de la crisis sanitaria, hayan tenido la suerte de haber conservado el empleo, deberán volver en las próximas semanas a sus puestos de trabajo. El temor al contagio deberá convivir con una readaptación basada en la aceptación de unas normas que en algunos casos dificultarán sus tareas. La variedad de tipos de discapacidad, sus diferentes grados y la diversidad de tareas y sectores imposibilita la implementación de unas normas comunes. Por esa razón, cada empresa deberá llevar a cabo unas adaptación que tenga en cuenta las necesidades específicas de sus trabajadores. Por otro lado, el retorno a la rutina será un momento idóneo para mejorar el clima laboral. El reencuentro con los compañeros y la recuperación de sensaciones positivas favorecerá el proceso de inclusión social de las personas con discapacidad. Las charlas entre compañeros favorecerán su socialización y les ayudará a todos a retomar el contacto perdido.

En los casos más delicados, algunos expertos recomiendan una vuelta al trabajo progresiva. De esta manera se evitan cambios bruscos que pueden alterar a los trabajadores con discapacidad más sensibles a estas circunstancias. La vuelta al trabajo es también una excelente oportunidad para recuperar la ilusión por el futuro. Las personas con discapacidad suelen ser unas personas muy comprometidas con el proyecto empresarial y su implicación es siempre un ejemplo y un estímulo para todos sus compañeros. Concentrarse en un proyecto común de futuro puede ser un bálsamo en estos tiempos de incertidumbre y temor, no sólo para las personas con discapacidad, sino para el conjunto de la sociedad. 

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El impacto de la crisis del coronavirus en los centros especiales de empleo

Los centros especiales de empleo ya están sufriendo los primeros efectos de la crisis del coronavirus. Por desgracia, no serán pocos los centros especiales de empleo que reduzcan notablemente su actividad e incluso habrá algunos que desaparezcan en los próximos meses. El sector afronta una pérdida de ingresos que cuestiona su viabilidad. Para minimizar el impacto de la crisis del coronavirus, muchos centros especiales de empleo han pedido medidas urgentes y extraordinarias que puedan dar respuesta a las necesidades del sector y garanticen su continuidad. La crisis provocada por la pandemia del coronavirus no puede debilitar la labor que realizan cada día los centros especiales de empleo en su contribución a la integración social de las personas con discapacidad. Algunas peticiones señalan, por ejemplo, a que se mantenga el status de centro especial de empleo a aquellas empresas que hayan visto reducida durante la crisis el porcentaje de personas con discapacidad en su plantilla, debido al cese o reducción de su actividad. También algunas voces solicitan apoyo financiero, adelantar el pago de la subvención de mantenimiento para asegurar la liquidez necesaria, la llegada de material sanitario suficiente para evitar los contagios dentro de sus empresas o la flexibilización de las funciones de las unidades de apoyo. 

Los centros especiales de empleo son un agente indispensable para garantizar la plena integración de las personas con discapacidad y ahora más que nunca es necesario que cuenten con los recursos adecuados para desarrollar su actividad. Si no es así, el colectivo de personas con discapacidad, uno de los más vulnerables ante esta crisis, verá oscurecerse su horizonte. Y es algo que una sociedad avanzada y comprometida como la nuestra no debe permitirse. 

 

Juan Lozano
Convencido de que el único modelo posible de colaboración en nuestra sociedad es aquel que busca un equilibrio para que todas las personas cubran sus propias necesidades, en contra del modelo de la competencia y la obsesión por ganar dinero sin importar cómo se gana. En el año 2007 fundó junto con otros amigos y empresarios el Centro Especial de Empleo Vivva.

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